Científicos estadounidenses anunciaron que han desarrollado el marcapasos más pequeño del mundo, más pequeño que un grano de arroz y que se puede inyectar en el cuerpo.

El nuevo marcapasos inalámbrico, que mide sólo 1 milímetro de grosor y 3,5 milímetros de largo, es lo suficientemente pequeño como para caber en la punta de una jeringa. El dispositivo se empareja con un parche suave adherido al pecho del paciente. Cuando el parche detecta latidos cardíacos irregulares, envía señales luminosas para indicar al marcapasos qué ritmo estimular. Los científicos calificaron el marcapasos inalámbrico, que se planea probar en humanos en el futuro, como un "descubrimiento innovador". El autor del estudio, el profesor John Rogers de la Universidad Northwestern de EE. UU., afirmó que el marcapasos podría comenzar a probarse en humanos en 2 o 3 años. Se afirmó que este innovador dispositivo también podría inspirar desarrollos en otras áreas del mundo médico.